Conocido como postal por todos aquellos que llegaron a Bariloche por ruta, ahora es posible conocer esa postal desde adentro.
El comienzo mismo del día, al cruzar el río Limay en lancha, ya justifica la excursión: ahora no se trata de un mero "cuadro", sino de adentrarnos en la profundidad del paisaje, en un territorio casi virgen, milenario, que nos remonta al pasado de las turbulencias geológicas que dieron forma al lugar, y más recientemente, a 9700 años atrás, cuando los aborígenes nos dejaron su mensaje en las cuevas rocosas.
Situado en una zona de transición entre el bosque andino y la estepa patagónica, ofrece paisajes totalmente diferentes en minutos. La fauna de la región aún puede verse sin dificultad, por el cuidado responsable del área. Liebres, ciervos, zorros guanacos, cóndores (anidan en lo alto) pueden verse a lo largo del día, a través de un trekking o una cabalgata.
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