El trazado del Tren a las Nubes, diseñado por el ingeniero norteamericano Ricardo Fontaine Maury, es muchas veces comparado, por su complejidad, con la Torre Eiffel y otras maravillas creadas por el hombre, que son iconos de un lugar. Pero lo mejor es que esta obra, a diferencia de la torre parisiense, se disfruta 14 horas (ida), en un recorrido de 217 kilómetros (ida).
Parte todos los sábados de la estación General Belgrano, en la ciudad de Salta, a 1187 metros sobre el nivel del mar, y termina en el viaducto La Polvorilla, el tramo más esperado, porque es donde el tren parece escalar el cielo. Las características de este viaducto son notables: mide 224 metros de largo y 70 de alto, pesa nada menos que 1600 toneladas, es curvo y sin barandas.
Tratándose de un recorrido de larga duración, hay muchos más atractivos que hacen que reciba 30.000 visitantes por año. El tren se interna por los silenciosos escenarios puneños, que muchas veces se atraviesan a 2500 metros sobre el nivel del mar. Con un total de 29 puentes, 21 túneles, 13 viaductos, 2 rulos y 2 zigzags, recorre 21 estaciones; entre ellas, Cerrillos, Campo Quijano, Ingeniero Maury, Puerta Tastil, Incahuasi y San Antonio de los Cobres.
El tren está compuesto por una locomotora General Electric y 10 vagones de primera clase. Además de ser sumamente confortable, ofrece espectáculos folklóricos y cuenta con la asistencia de guías bilingües, servicio médico, máscaras de oxígeno y el té de coca que se vende en el salón comedor para olvidarse del mal de altura, aunque se note a simple vista.
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